Galletitas Navideñas para Gatos y el Despertar de Medianoche
La víspera de Navidad finalmente había llegado, y la casa García estaba llena de la mágica anticipación de la noche que se avecinaba. Lucía y Mateo ayudaban a sus padres a colocar las últimas decoraciones, mientras Bruno y Mia observaban cada movimiento, como si también supieran que algo especial se acercaba.
Un poco antes de la medianoche, una luz dorada iluminó la sala, y Pipin el duende apareció una vez más, esta vez con una sonrisa misteriosa y una pequeña campana de plata que agitó suavemente. “¡Buenas noches, amigos míos!” dijo en voz baja. “Esta noche, prepararemos unas deliciosas galletitas para Mia, ya que ella también tiene una misión muy especial.”
Los ojos de Mia brillaron, y ella se acercó silenciosamente, fascinada por la pequeña campana que Pipin sostenía. Lucía y Mateo siguieron al duende hasta la cocina, donde comenzó a disponer los ingredientes.
“Para estas galletas mágicas, necesitaremos 100 gramos de pollo cocido finamente picado, 50 gramos de puré de calabaza, un huevo y 50 gramos de harina de arroz,” explicó Pipin, mientras hacía sonar delicadamente la campana de plata.
Lucía midió el puré de calabaza, y Mateo rompió el huevo antes de mezclar todo en un tazón grande. Pipin, con un gesto elegante, espolvoreó una pizca de polvo de estrellas plateado sobre la masa, que adquirió un ligero brillo mágico.
“Formen pequeños montoncitos de masa y colóquenlos en la bandeja,” instruyó Pipin mientras supervisaba a los niños. “Estas galletas prepararán a Mia para su gran tarea de esta noche: dar la bienvenida al mismísimo Papá Noel.”
Los niños intercambiaron una mirada maravillada, imaginando la escena. Mia parecía ya lista para su misión, mirando las galletitas con una atención casi ceremonial.
Cuando las galletas estuvieron horneadas y enfriadas, Pipin le dio una a Lucía para que se la ofreciera a Mia. Ella la olfateó, luego tomó un pequeño bocado, ronroneando de satisfacción. Bruno observaba con curiosidad, sintiendo también la energía especial de esta noche mágica.
“A la medianoche en punto,” susurró Pipin, “Papá Noel hará una visita secreta, y Mia estará ahí para recibirlo y ofrecerle estas galletitas.”
Los niños, emocionados y llenos de expectación, observaron la escena con asombro. Al último golpe de medianoche, la puerta de la chimenea se abrió suavemente, y una figura familiar apareció. Era Papá Noel, vestido con su abrigo rojo, quien los saludó con una cálida sonrisa. Mia, con una gracia digna de su misión, se acercó y colocó las galletitas a sus pies.
Papá Noel rió suavemente y acarició la cabeza de Mia. “Gracias, mi querida amiga. Gracias a ti, todos los animales sabrán que también están envueltos en el espíritu navideño.”
Luego, en un abrir y cerrar de ojos, desapareció, dejando tras de sí un suave aroma a pino y canela. Pipin se volvió hacia los niños, sus ojos brillando de alegría. “Este año, gracias a ustedes, todos los animales sentirán un poco más el espíritu de la Navidad.”
La familia García se fue a dormir, llena de recuerdos mágicos. En cuanto a Bruno y Mia, se quedaron dormidos plácidamente, envueltos en la magia de la noche de Navidad, sabiendo que habían cumplido su papel en un cuento extraordinario.
Receta: Pastelitos Navideños para Gatos
Ingredientes:
100 g de pollo cocido, finamente picado
50 g de puré de calabaza (sin azúcar)
1 huevo
50 g de harina de arroz
Instrucciones:
Precalentar el horno a 180°C.
En un bol, mezclar el pollo, la calabaza, el huevo y la harina.
Formar pequeños montoncitos en una bandeja para hornear.
Hornear durante 10-15 minutos.
Dejar enfriar antes de servir.
Así termina nuestro Cuento de Navidad para Tus Compañeros. Esperamos que hayas disfrutado de estos momentos mágicos con tus amigos de cuatro patas y que el espíritu navideño siga iluminando tu hogar. ¡Felices fiestas!
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